Alea iacta est
Un río. Un paso. Una decisión. Y Roma cambió para siempre.
Julio César se detuvo frente al río Rubicón. La ley romana era clara: ningún general podía entrar en Italia con su ejército armado.
Cruzar ese río era un acto de rebelión. Una traición. Un punto sin retorno. Y, aún así, lo hizo.
César miró a sus hombres, al río, al futuro… y pronunció una frase que resonaría por siglos: » Alea iacta est » – La suerte está echada.
Ese paso marcó el inicio de una guerra civil. Y de allí, el camino hacia convertirse en el hombre más poderoso de Roma.
No fue una gran batalla. No fue una multitud. Fue un momento.
Julio César
Y lo cambió todo.
Así es cualquier comienzo.
Tu proyecto. Una idea escrita. Este mismo blog…
Pueden parecer pequeños pero si los cruzas, si empiezas, quién sabe hasta dónde puedes llegar.
Cada vez que actúas a pesar del miedo, estás cruzando tu Rubicón.
¿Cuál es ese río que hoy podrías cruzar?
